"Este maldito animal comedor de hombres" fue
considerado durante siglos como el animal nocivo por excelencia,
perfectamente inexplotable. Este punto de vista se modificó
radicalmente después de la primera guerra mundial. Un eslogan se
habia difundido entre ciertos profesionales de la pesca, sobre todo en
Estados Unidos: "Del tiburón todo es bueno, salvo su mordisco".
Los posibles subproductos eran numerosos: la piel, una vez liberada de
sus espículas, proporcionaba un cuero excelente, sólido,
de agradable aspecto; el aceite de hígado contiene, según
las especies, una gran cantidad de vitamina A y también de un
material insaponificable, el escualeno, hidrocarburo aislado por el
químico japonés Tsujimoto Mitsumaru en 1916; la carne
puede ser consumida o bien transformada en harina; finalmente, y desde
tiempos inmemoriables, las aletas de tiburón son un elemento
apreciado en la gastronomía china, y los japoneses preparan su
famoso kamaboko a base de carne de tiburón.
De todos los subproductos de los tiburones, el más
buscado ha sido la vitamina A. todavía hacia 1950, las
pesquerías de tiburones creadas por doquier en la década
de los años veinte seguían funcionando con el
único propósito de extraer la vitamina A a partir del
aceite de hígado de los escualos. Esta actividad terminó
hace unos veinte años, al empezar a producirse la vitamina
A sintética. Actualmente se hacen investigaciones sobre el papel
y la utilización posible del escualeno.
Después de haberse concebido esperanzas,
quizás excesivas, la explotación del tiburón es
aún muy escasa(1% de la pesca mundial). Pero todavía no
se ha dicho la última palabra, y no debe descartarse que, por
ejemplo, los trabajos de los químicos sobre el escualeno sean
origen de una nueva demanda.
La explotación de los escualos ha tenido como
consecuencia atraer la atención de los investigadores sobre la
biología, la fisiología y el comportamiento de los
tiburones. En los Estados Unidos , en Sudáfrica, en Australia y
en Japón, se realizan numerosos trabajos sobre este tema, que
constituye para los investigadores un campo de acción muy amplio
y rico en enseñanzas.