ANATOMÍA
Tiburón buscando una presa en
un arrecife coralino
La anatomía de los tiburones es bien
conocida. Hace muchos años que los escualos han elevados a la
categoría de animales de laboratorio, y todos los estudiantes de
zoología han practicado alguna vez la disección de
la pintarroja o la musola. Por otra parte, las pesquerias de tiburones
han puesto a disposición de los investigadores un abundante y
variado material que ha permitido fijar las lineas de la
organización general de los escualos. El esqueleto es
cartilaginoso, con trazas de calcificación en proporciones
variables, pero no existe un sistema óseo propiamente dicho. No
tienen vejiga natatoria. La piel es generalmente gruesa y está
recubierta de escamas placoideas, con la misma constitución que
los dientes, que por esta razón se denominan dentículos
dérmicos; en efecto, estas escamas están formadas por
dentina, recubierta de esmalte, y tienen una cavidad pulpar. Las
hendiduras branquiales son, en general, cinco (los Hexanchidae son
la excepción, con seis o siete), y están desprovistas de
opérculo. El intestino está dotado de una válvula
espiral. las mandíbulas están provistas de numerosas
hileras de dientes, las primeras funcionales y las siguientes llamadas
"de sustitución". Estos dientes, de forma diferentes,
constituyen un criterio de diferenciación entre las especies,
hasta el punto de que ciertos tiburones (el tiburón tigre, el
jaquetón o "comedor de hombres", el marrajo, etc.) pueden ser
identificados con seguridad mediante uno solo de sus dientes.
El polimorfismo de los dientes del tiburón es
extraordinario: pueden ser planos o cortantes, con un borde
denticulado, o bien largos, estrechos y puntiagudos en forma de lezna,
con una cúspide afilada, pero incapaces de cortar (tal es el
caso de Odontaspis e Isurus).
Su cometido es capturar y retener las presas, no seccionarlas. No
obstante, los dientes cortantes son los más numerosos. Es
corriente definirlos como "tan cortantes como una hoja de afeitar", lo
que no siempre es exacto. En efecto, una hoja posee un filo continuo,
mientras que los dientes del tiburón recuerdan más bien,
por sus denticulaciones, un cuchillo de sierra. Pero no por ello son
menos capaces de infligir graves heridas u dentelladas precisas.
Estas denticulaciones no están siempre presentes, y
ciertos dientes tienen un borde liso; por ejemplo, en ciertos Carcharhinus la
mandíbula superior lleva dientes triangulares, trituradores,
mientras que la inferior está provista de dientes puntiagudos y
afilados; esta combinación permite a la vez la captura y la
sección.
Finalmente, algunas especies poseen dientes en formade
adoquín, bastante parecidos a los de ciertas rayas: son
tiburones de pequeña talla, cuya alimentación se basa
esencialmente en crustáceos y moluscos. Por otra parte, la
dentadura de los tiburones está de acuerdo con las presas
habituales de cada especie; los grandes individuos pelágicos
cazadores de peces tienen los dientes trituradores. Los dos
gigantes del grupo, el tiburón ballena y el peregrino, que se
nutren de plancton, tienen dientes minúsculos.
Por regla general, todos los dientes de una mandibula (y a
veces los de las dos) tienen la misma forma. No obstante, existe una
excepción, el género Heterodontus, que posee dos tipos de dientes: incisivos cortantes y molares trituradores.
Los dientes de los tiburones no están implantados
en alveolos; están simplemente insertados en el tegumento y se
mantienen en su sitio por su raiz, que corresponde a la placa basal de
los dentículos dérmicos. La mandibula está
provista de una o varias filas de "dientes funcionales", detrás
de las cuales se encuentran cinco o seis filas de "dientes de
sustitución", dispuestas unas sobre otras y recubiertas por una
membrana. Cuando, por cualquier razón, cae un diente funcional,
un diente de sustitución ocupa su lugar. El detalle de este
mecanismo no se conoce aún perfectamente, pero el principio de
base está generalmente aceptado. Observaciones hechas sobre un Negaprion brevirostris han mostrado que una sustitución se realiza en alrededores de una semana.
De la cavidad bucal se pasa, a través de un
esófago de gran diametro, a un vasto estómago que
comunica, mediante un píloro y un duodeno estrecho, con el
intestino, órgano voluminoso que está provisto de una
válvula espiral, cuya forma varía según la especie
y que recuerda una escalera de caracol o conos encajados unos dentro de
otros, o bien repliegues longitudinales enrollados sobre ellos mismos.
El extremo de este intestino desemboca en el recto, que termina a su
vez en la cloaca.
La glándula más notable y voluminosa, que
aparece inmediatamente en la disección, es el hígado.
rico en aceite, alcanza, en ciertos casos, del 20 al 25% del peso total
del animal, aunque por término medio se situa más
bien entre el 5 y el 15%. En cuanto al contenido de aceite, es muy
elevado y se puede calcular un promedio del 50% del peso del
órgano.