LA  CAZA  DE  LOS  GIGANTES  DEL  MAR:  LOS  RORCUALES

   En la segunda mitad del siglo XIX el número de ballenas anualmente muertas comenzo a disminuir a causa  de la caza indiscriminada. algunas especies parecían casi totalmente extinguida. Por el contrario, las diversas especies de rorcuales, el azul (Balaenoptera musculus), el común (B.physalus), el boreal (B. borealis) y el rostrado (B. acutorostrata), este último de menor tamaño, no eran molestado y se reproducian en gran número. En efecto, eran demasiados veloces, mucho más grande y más fuerte que las ballenas para poder ser atacados con los sistema hasta entonces utilizados. Por otro lado, un grave problema para su captura lo contituia el hecho de que, una vez muertos, se hundian y su rescate resultaba imposible.
   Este problema fue resuelto en 1864 por el capitán de un velero noruego del Ártico, Svrn Foyn, que ideó el nuevo método de caza industrial de los cetáceos. Para capturar los rorcuales, Foyn empleó una  pequeña embarcación de vapor, cuya velocidad no permitía  alejarse demasiado a aquellos hábiles nadadores y cuyo tonelaje hacía posible el transporte del pesado instrumental necesario para el rescate del animal muerto.
   Para sostener el peso de los rorcuales era preciso usar un grueso cabo fijado a un arpón de peso adecuado, que luego debia ser disparado por un cañon. Era esencial inactivar rápidamente al gigantesco animal o incluso matarlo al primer disparo, por lo que Foyn dotó a los arpones de una punta explosiva que detonaba tras haber penetrado en el cuerpo del cetáceo. El rorcual muerto era llevado a la superficie mediante un chigre de vapor que accionaba sobre el cable del arpón; arrastrado el animal hasta el costado del barco, mediante un largo tubo se le insuflaba aire comprimido en el abdomen y en el torax, a fin de que flotara. No obstante, ni siquiera los cables más robustos era capaces de resistir la tensión provocada por el peso del rorcual cuando el balanceo o el cabeceo del buque eran fuertes; por este motivo, Foyn hizo pasar el cable por una polea provista de amortiguador, con lo que aquél no se rompía ni aun sometido a una fuerte tensión o a un estirón repentino. El barco de vapor remolcaba el cetáceo muerto hasta la base en tierra; aquí el cuerpo era arrastrado a la orilla mediente cables accionados por chigres de vapor, y luego era oportunamente cortado y hervido en calderas de tipo más moderno que las tradicionales de hierro.
   Estos métodos tuvieron éxito y se difundieron: se introdujeron mejoras, incluso costosas, en los detalles, pero sustancialmente el sistema de caza siguió siendo el descrito. Se formaron en todo el mundo compañías de cazadores de ballenas para poder reunir los capìtales requeridos por este nuevo y costoso instrumental. Hacia fines del siglo XIX y en las primeras décadas del actual, había bases para la caza de los rorcuales en las costas de todos los océanos, del Ártico al Antartíco.
   Los cazadores noruegos al principio trabajaron sólo cerca de sus costas, matando aproximadamente un millar de rorcuales al año. No obstante, no tardaron en extenderse más lejos, utilizando capitales locales para habilitar bases en todos los mares. Construyeron centros para la elaboración de los rorcualesn capturados en Islandía, en las Faeroes, en Terranova y en el Labrador y luego en las costas americanas del Pacífico, en África, en Australia y en otros lugares.
   Otros paises, siguiendo este ejemplo, desarrollaron modernamente esta industria: los ingleses, a lo largo de las costas de su imperio, los rusos en el Atlántico norte y en el Pacífico, donde también los japoneses construyeron bases para la caza. Los franceses tenían sus centros en Gabón , en Madagascar y en islas Kerguelen, y también habia bases para la caza en Escocia, en Irlanda y en España.
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